La Oración en la vida del cristiano – Porqué nos cuesta tanto orar Capítulo I – Perseverar en oración

Cuando la iglesia primitiva comenzó a experimentar un rápido crecimiento numérico, se multiplicaron también los problemas por resolver y las necesidades por atender. Entonces, los doce apóstoles, para no ser absorbidos por esta vorágine del éxito ministerial, decidieron nombrar a siete diáconos para ocuparse del trabajo de servir mesas.  «Y nosotros persistiremos en la oración y a servir la palabra«.  (Hechos 6:4)

Es interesante, al menos para mí, ver como hoy en día en esta pretendida nueva Reforma, se hace tanto énfasis en servir la palabra (o ministrar la palabra), pero no se hace igual énfasis en perseverar en la oración, siendo que los apóstoles se entregaron en igual medida a las dos.

Otras traducciones dicen: Y nosotros nos entregaremos a la oración (LBLA); Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración (NVI); Mientras, nosotros nos dedicaremos asiduamente a la oración (EUNSA) Pero nosotros daremos completa atención a la oración (Jünemann).

Si la Sola Scriptura (Sólo Escritura) no va acompañada en igual medida de la Solus Oratio (Sólo Oración) se quedará en eso, en solamente escritura.

«No podemos predicar fervientemente a nuestro pueblo a menos que oremos fervientemente por ellos.»  (Richard Baxter – libro: El Pastor Reformado)

El Señor Jesús dijo: «las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida». (Juan 6:63 b) Puedes leer las palabras de Cristo, puedes aprenderlas de memoria, puedes enseñar y predicar con exactitud las palabras de Él, pero puedes también no tener la vida de Cristo, y esto hará que tu enseñanza y predicación sean muertas, sin impacto espiritual.

Tu púlpito sin unción será como un león embalsamado, podrá ser contemplado y admirado por muchos, pero a nadie hará temblar, solo un león vivo puede hacerlo; solo un predicador lleno de vida puede estremecer los corazones de sus oyentes.

“Y Satanás tiembla, cuando ve al santo más débil de rodillas” (William Cowper -1731-1800)

En el mismo pasaje del evangelio de Juan leemos lo siguiente:

Juan 6:53-58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.  El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.

Juan 6:60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?

Juan 6:66-68 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

¿Cómo se puede ser discípulo de Cristo sin andar ya con él? «muchos de sus discípulos…ya no andaban con él.» Si no comemos y bebemos de Cristo, las palabras de Cristo solo serán «duras enseñanzas difíciles de aceptar«.

Cuando Jesús preguntó a los doce ¿Queréis acaso iros también vosotros? la respuesta de Pedro fue  ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Las Escrituras son  palabras de vida eterna, la Oración es ¿a quién iremos? Necesitas ir a Cristo, porque sólo en Él las Escrituras son palabras de vida eterna (espíritu y vida), si no comes y bebes de Él cada día, no tendrás vida aunque sepas de memoria  sus enseñanzas. 

Si preguntásemos ¿qué es orar? obtendríamos algunas respuestas como: «orar es hablar con Dios«, «la oración es el arma más poderosa del creyente«, «la oración es la llave que abre todas las puertas«, «orar es acercarse al trono de Dios«, «orar es apropiarse de las promesas divinas«… Sin mencionar las nuevas definiciones de oración dadas por los «predicadores de la prosperidad», que  falsamente enseñan que orar es darle permiso a Dios.

Para mí la oración es sencillamente «comunión», el deseo imperioso de estar a solas con quien amamos. ¿A quién irás? ¿con quien deseas más estar? ¿donde está tu tesoro? 

Mateo 6:21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

“¿Cómo podemos orar a Dios sin estar con Él? ¿Cómo podemos estar con Él si no pensamos en Él continuamente? ¿Y cómo podemos pensar continuamente si no hemos formado el santo hábito de hacerlo? Me dirás que siempre estoy diciendo lo mismo. Es verdad, porque éste es el mejor y más sencillo método que conozco, y no uso ningún otro. Amonesto a todos acerca de esto. Debemos saber antes de poder amar. A fin de conocer a Dios, debemos pensar frecuentemente en Él, y cuando lleguemos a amarle, entonces pensaremos en Él frecuentemente, porque nuestro corazón estará con nuestro tesoro.” (Hermano Lorenzo – libro: La Práctica de la Presencia de Dios)

¿Al estar con tus amigos las horas se te pasan volando, pero el tiempo de oración se te hace pesado?, ¿puedes conversar por horas con las personas, pero ni siquiera puedes conversar una hora con Dios?, ¿tienes más entusiasmo para realizar actividades en tu iglesia que para encerrarte en tu cuarto a orar?, ¿es más fácil para ti escuchar música cristiana, participar en cultos y congresos, leer libros cristianos, tener reuniones y estudios, que apartarte para estar a solas con Cristo?… si es así, déjame decirte que tienes un serio problema.

«La vida de oración es mucho más necesaria aún que edificios u organizaciones. Muchas veces se utilizan estas últimas para remplazar aquella. Las almas nacen al reino solo por medio de la oración»    (libro: Azusa Street, pag.69)

Si estuvieses de rodillas delante de Cristo la misma cantidad de tiempo que dedicas a debatir las doctrinas de Cristo, serías el Spurgeon o el Wesley que necesita esta generación, pero si no eres capaz de doblar tus rodillas delante de Cristo nunca podrás hacer que los demás hombres las doblen delante de Él. Si tus convicciones no te llevan a postrarte asiduamente delante del Señor ¿como pretendes convencer a otros? No puedes saber más de Cristo que lo que has aprendido estando con Él.

“la oración tomaba mucho del tiempo y fuerza de Jesús. Quien no pasa la mayoría de su tiempo orando, no puede llamarse seguidor de Jesucristo.” (R. A. Torrey – del libro: Cómo Orar)

Predicar sin orar te convertirá en un charlatán, pero una vida de oración hará que tu vida sea la predicación a la cual los hombres no puedan resistirse. 

«No vayas a tu oficina para preparar un sermón. Eso es pura tontería. Entra a tu estudio para ir a Dios y volverte tan ardiente que tu lengua sea como un carbón encendido que te obliga a hablar»    (C. T. Studd – misionero en China, India y Africa)

Increíblemente, somos capaces de estar todo el día hablando de Cristo, pero no somos capaces de hablar una hora con Él. Llenamos nuestra agenda con invitaciones para predicar de Cristo, y luego ponemos esa agenda como pretexto de no tener tiempo para estar a solas con Él.

Sí, lo admito, predicar es importante, pero orar es indispensable. ¿Te atreves a estar delante de los hombres predicando sin haber estado delante de Dios orando? 

“¿Cómo puede un hombre predicar si no ha conseguido su mensaje fresco de Dios en la cámara secreta? ¿Cómo puede predicar si no tiene su fe avivada, su visión lúcida y su corazón caldeado por su estrecha unión con Dios? ¡Ay del púlpito cuyos labios no son tocados por esta llama de la cámara secreta! Árido y sin unción será siempre y las verdades divinas nunca vendrían con poder de semejantes labios. Hasta donde los intereses verdaderos de la religión atañen, un púlpito sin una cámara secreta siempre será una cosa estéril.”   ( libro: El Predicador y la Oración – E. M. Bounds)

Frases de Leonard Ravehill - Diarios de Avivamientos

La oración, entonces, es la comunión íntima con nuestro Padre celestial, la impostergable necesidad de estar a solas con nuestro Amado,  el deseo presuroso de alejarnos de todo, y de todos, para estar con quien es nuestro Todo.

A veces la oración es hablar, a veces es callar, a veces es regocijarnos, a veces es llorar. Muchas veces es caer exhausto a los pies del Señor sin poder ni hablar, ni sentir otra cosa que no sea dolor, pero es desear no estar en otra parte más que allí, a sus pies, aunque allí muramos. «He aquí, aunque él me matare, en él esperaré»  (Job 13:15). La oración es negación a la autogestión del yo, renunciar a mi voluntad para que se haga la suya «Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.»  (Mateo 6:10)

Si, son palabras duras de oír y de aceptar, porque comer y beber de Cristo es participar de su sacrificio, es tomar nuestra cruz y seguirle; es renunciar a ser vistos por los hombres para ser escudriñados por Dios. Es preferir estar de rodillas humillados ante el Padre que ve en lo secreto, que de pie en un púlpito admirados por los hombres que solo ven lo exterior. Orar es ¿a quién iremos?, iremos a Jesús, aunque eso signifique la Cruz. 

“Todos los obstáculos a la oración proceden de la ignorancia de las enseñanzas de Dios en su Santa Palabra respecto a la vida de santidad que ha planeado para todos sus hijos, o bien de la resistencia a consagrarnos totalmente a El. Cuando podemos decir verdaderamente a nuestro Padre: «Todo lo que soy y tengo es tuyo», entonces, y sólo entonces, Él puede decirnos: «Todo lo que es mio es tuyo».” (libro: El cristiano de rodillas, anónimo)

¡Oh Señor Jesús!, que mi oración sea buscar tu comunión, y buscar tu comunión no consista en buscar un toque de ti, sino buscarte a ti para permanecer en ti. Aunque al encontrarte a ti pierda lo mío y el confesarte a ti sea negarme yo. Sea la respuesta a mi oración sí, o a mi petición digas no, o si en el más difícil silencio tenga que esperarte yo, ayúdame Señor a perseverar en la oración. Y aunque esperando en ti yo muera, en la resurrección  gloriosa verán mis ojos tu galardón.

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David Wilkerson - oración

Capítulo I de la serie Perseverar en oración – Artículo de Gabriel Edgardo Llugdar para Diarios de Avivamientos

Acerca de diariosdeavivamientos

Soy Gabriel, seguidor de Cristo. Vivo en Córdoba, Argentina. Amo la Historia de la Iglesia, desde la Patrística hasta nuestros días; y amo a la Iglesia, la militante y la victoriosa, la visible y la invisible, con sus luces y sombras; no soy imparcial, pero intento compartir lo que creo y pienso sin fanatismos ni sectarismos. Bienvenidos a mi blog.
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16 respuestas a La Oración en la vida del cristiano – Porqué nos cuesta tanto orar Capítulo I – Perseverar en oración

  1. Stella Armira dijo:

    Muy bien explicado a mi criterio. Bendiciones y adelante.

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  2. David Lara Landa Verde dijo:

    Hermano, muchas gracias por tan benditas palabras. Por favor, no deje de escribir, pues se extrañan sus artículos, que siempre son como un refrigerio en tiempos de angustia. Que el Señor le colme de Su gracia y le bendiga abundantemente para que continúe motivando a la comunión a toda la grey del Rey de reyes y también al estudio y conocimiento, como dice en su artículo Sola Scriptura + Solus Oratio. Bendigo a Dios por encontrar su blog, pues no imagina cuánto ha bendecido mi vida. Que el Señor sea con usted.

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  3. Manuel dijo:

    Muy buena enseñanza estoy convencido que devo orar más y mejor

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  4. luis dijo:

    hermosa enseñanza que el señor nos deja, porque como podríamos hablar de Jesucristo si no estamos en constante comunión con el
    que el señor les bendiga día a día mas

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  5. José Hernández dijo:

    Excelente artículo, verdades en las cuales, muchas veces sin darnos cuenta otras a profeso, caemos y nos apartamos del verdadero sentido de vivir para Cristo. En uno de tus párrafos expresas con claridad situaciones en las cuales estamos muchos cristianos y lo peor es que convencidos de que es la vida perfecta como tales. Es un artículo para reflexionar profundamente y enderezar muchos entuertos.
    Gracias.
    Dios siga llenándote de sabiduría de lo alto.

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  6. Oscar perez dijo:

    Gracias por este llamado.orare por uds.tambien

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  7. Marcelo Schubbe dijo:

    Gracias por instarnos a orar, el Señor nos habla claramente a través de las escrituras,. Orar sin cesar; y les usa a Uds hermanos para exhortarnos también, cumpliendo la palabra que dice: exhortaros los unos a los otros.
    que Dios les bendigas amados hermanos!

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  8. Bendiciones a todos en diarios de avivamientos, estoy ansioso por recibir la continuidad o segunda parte de este articulo, pues mi vida ha sido confrontada y ademas fortalecida en mis tiempos devocionales. espero pronto su respuesta. gracias y bendiciones en Cristo

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  9. Samuel P dijo:

    Me ha Bendecido y retado este articulo.

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  10. A mis hermanos de diarios de avivamientos: no es una casualidad encontrar tan valiosas herramientas y recursos que estimulen la comunion del creyente y le hagan crecer. Gracias por hacerme participe de este material, no solo nos ayuda, sino que ademas nos confronta a observar la realidad de nuestra propia comunion con Dios. que el Señor les siga usando para despertar conciencias. Amen.

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  11. Jorge Espinosa/Ecuador dijo:

    Amen por la oración en la vida del cristiano, enseña a rendirse a El en comunión íntima delante del trono de la gracia, sobre todo a depender de su voluntad, y dejar que el Señor haga en mi lo que mi Yo quiere hacer. Reconozco que como cristiano estamos en todo menos en tiempo de oración personal; el artículo es muy bueno, me hace recapacitar en dar más énfasis a la oración en mi vida cristiana.

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